Queremos, Señora, cantarlos a ti,
Que tierna escogiste, con ojos clementes,
Por reino Corrientes, por trono Itatí.
En vírgenes selvas que adornan la orilla
Do manso se humilla el gran Paraná
En santo Misterio alzaste la tienda,
Que al pobre le expenda de gracia el maná.
De pueblo fastuoso odiaste el murmullo,
Por dar al orgullo un claro mentís
Fue el indio su cuna,
La cruz que blandiera un hijo de Asís.
Mas pobre, pequeño, tu pueblo María,
fe mar de alegría cual nuevo Belén
que allí de piedades abriste la fuente.
Que allí complaciente fulgura tu sien.
Enfermos, mendigos, el alma afligida,
Que pasan la vida en hondo quejar
El grande, el guerrero, el niño, el anciano
No ruegan en vano al pie de tu altar.
Tus gracias gozaron muy grandes naciones;
Lo sabe Misiones, el bello Uruguay;
Brasil su voz une al pueblo del Plata
Tus glorias relata también Paraguay.
Por eso a tu frente ceñimos coronas
De Reina y Patrona con grato fervor,
Pidiéndote, en cambio, nos des en el cielo
Divino consuelo, corona de amor.
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