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19 DE NOVIEMBRE - ANIVERSARIO CIUDAD DE SALADAS - SU HISTORIA

Los españoles traían sueños de colonización y comienzan a internarse en el territorio. Se adjudica el descubrimiento de la zona que se conocería con el nombre de Las Lagunas Saladas al Capitán Baltazar Maciel en el año 1676 según los primeros registros escritos de estas exploraciones.

Luego del análisis de investigadores e historiadores provinciales y locales sigue aún discutida la fecha exacta de la fundación de Saladas. Lo que no hay dudas es que surge a partir de la creación de una guardia o fortín con el propósito de proteger los intereses de los constantes ataques indígenas, luego de la fundación de San Juan de Vera de las Siete Corrientes en 1588.

Los españoles traían sueños de colonización y comienzan a internarse en el territorio. Se adjudica el descubrimiento de la zona que se conocería con el nombre de Las Lagunas Saladas al Capitán Baltazar Maciel en el año 1676 según los primeros registros escritos de estas exploraciones.

Su misión era tener conocimiento de los asentamientos de los aborígenes junto al trabajo de evangelización que desarrollarían los jesuitas. Después de esta incursión por la zona se tardó 17 años para que los primeros colonos se instalaran aquí.

Como las correrías indígenas eran constantes y se volvió un problema insostenible para los lugareños, el Cabildo de Corrientes ordena el 11 de agosto de 1707 la construcción de una guardia o fortín; es aquí donde tenemos una diferencia de criterios

en las fuentes, ya que unos sitúan al fortín en el paraje de Santo Domingo y otros en el predio de la actual plaza Sargento Cabral.

En 1712 se realizó el primer censo a cargo del Sgto. Rivarola donde registran como lugareños al capitán Almirón, Ayala, el santafesino Herrera, José Mieres, Martínez de Ibarra, Capitán M. González, Insaurralde, Ontiveros, Centurión, Verón de Astrada, entre otros apellidos. Estos pobladores constituían el fuerte que por entonces contaban con 20 soldados y la colaboración de indígenas Guaraníes.

1732 es un año significativo en la historia local, ya que se planifica el inicio de la matriculación de los primeros habitantes y el levantamiento de los primeros comuneros.

Este acontecimiento determinó que la matriculación no se pudiese realizar ya que a instancias de los jesuitas, las autoridades centrales disponían el traslado del vecindario al lugar de Anguá y la destrucción de la Capilla erigida, lo que origina el levantamiento de 300 pobladores acaudillados por el Dr. Antequera y el Padre José Casajus quienes se trasladan a la Capital Correntina, y el 15 de junio de 1732 solicitan la expulsión de los jesuitas y la libertad de los esclavos.

El 19 de Noviembre de 1732, el Doctor, Don Leon de Pesoa y Figueroa, toma posesión del Curato de Las Saladas, hasta el año 1740.

León de Pesoa y Figueroa empezó su labor parroquial: “Entre a servir el curato de las Saladas y sus anexos de la ciudad de Corrientes (Escribió encabezando el Libro Primero de Entierros) en diez y nueve días de noviembre de mil setecientos treinta y dos años, Yo el Dr. Dn. León de Pesoa y Figueroroa, como rector propio de la erección de dicho curato en la forma y manera siguiente…”

Entre los años 1733 y 1735 un grupo de vecinos entregó una nota al teniente gobernador para que el Cabildo trate la fundación oficial del pueblo.

En el acta del 5 de octubre de 1735 existente en el legajo 19 del Archivo General de la Provincia, consta la autorización de su fundación por el Cabildo, acto que nunca se concretó, nos preguntamos ¿no se concretó o si se realizó?, seria muy difícil saberlo, ya que si no fuera por archivos u otros organismos todos del orden provincial, en Saladas solo disponemos del archivo parroquial y ningún otro punto de referencia, de donde los historiadores pudieran extraer datos verídicos.

Aun así, Saladas seguía recibiendo pobladores, el 7 de octubre de 1739 llega un contingente de familias que sufrió el ataque de los indios en la reducción Nuestra Señora de la Candelaria de Ahoma; en 1740 debido a que el asedio indígena continuaba, el Teniente Gobernador Maestre de Campo y Gregorio de Casajus dictaron resoluciones destinadas a asegurar el asentamiento.

Por acto del 25 de septiembre de 1742 se encomendó al Sargento Mayor de las milicias del Pago Don Gaspar López Vello para que juntando a los vecinos que no tuvieran tierras les notifiquen que en el plazo de un mes debía poblarse la circunvalación de la Iglesia Parroquial y del presidio en las partes y lugares que le fueron señaladas, que es el oportuno para que puedan realizar sus sementeras y labranzas, orden que se cumplimentó.

El 30 de Septiembre del mismo año, López Bello al notificar de dicho Auto a los vecinos, al encabezar el asiento respectivo expreso: “Este fuerte de San José, jurisdicción de la ciudad de San Juan de Vera de las corrientes…” Mediante este documento se halla la primera referencia a nuestro Santo Patrono de la incipiente población, la que mas tarde tomara el nombres de San José de las Lagunas Saladas y finalmente con la denominación actual: SALADAS.

Ese mismo año se desorganiza la Colonia y se traslada al Paraje de Anguá hasta el año 1744, donde se llega a un acuerdo con los indios reubicándose la población en el actual asentamiento, adquiriendo la zona mayor relevancia.

Este dato también presenta diferencia de criterios ya que otros analistas hablan de la reubicación poblacional en agosto de 1751 cuando el Cabildo ordenó a las últimas familias que quedaban en Anguá su retiro, asegurando la permanencia del asentamiento.

A fines del siglo XVIII la jurisdicción saladeña comprendía los pagos de San Lorenzo, Ambrosio, Isla Alta, Algarrobos, Anguá y Mburucuyá.

En el siglo XIX la ley 101 con fecha 11 de junio de 1825 dio al asentamiento el rango de Villa, creando una magistratura judicial de primera instancia con jurisdicción departamental.

Al año siguiente se replantea urbanamente y se cede en gracia los terrenos a sus pobladores por ley del 25 de enero de 1830.

En 1844 el departamento de Saladas comprendía la zona urbana y los Distritos llamados Anguá y Ambrosio; con el tiempo y debido a la actividad ganadera comprenden a las zonas del Santa Lucía y el Arroyo San Lorenzo, ríos que limitan al norte y al sur del departamento.

El 6 de abril de 1854 se le encomienda la planificación urbana al ingeniero Francisco Ravé. El 20 de Abril de 1855, durante el gobierno de Don Juan Gregorio Pujol, hijo de Saladas, se promulga la Ley Orgánica de Municipalidades Nº 877 que constaba de 46 artículos, gracias a la cual la localidad accede a un gobierno municipal.

La superposición del concepto de departamento termina con la ley del 4 de junio de 1863 por lo que se autoriza al poder ejecutivo a fijar los terrenos lindantes al núcleo urbano, lo que motivó la adquisición de tierras por el ejecutivo para sumar a los lindantes.

El 4 de febrero de 1880 por decreto se realiza la subdivisión existente a saber: Colonia Cabral; Pago de los Deseos, Mansión, Anguá y el Municipio de San Lorenzo.

Otro de los temas discutidos es el nombre de la localidad, ya que en un principio a fines del siglo XII, se la conoció como “Pago de las Lagunas Saladas”, algunos autores dan como nombre “El Pueblo de las Lagunas Saladas”, “Lagunas Saladas”, “Muchas Islas y Lagunas Saladas”, Muchas Islas Distrito Saladas” y mas tarde adicionado con el nombre del santo patrono, “San José de las Lagunas Saladas”, “San José de las Saladas”, “San José de las Muchas Islas y Lagunas Saladas”, todos estos nombres se encuentran en documentaciones de la época.

Lo realmente insólito, es el nombre de “San José de las Siete Lagunas Saladas”, ya que el mismo no existe en actas capitulares del Cabildo, Archivo General de la Provincia, Documentos de Gobierno, Archivo Parroquial de Saladas, Autos, Oficios, Cartas Oficiales, etc, pero aquí no termina el tema, ya que el nombre fue incluido en el Preámbulo de Nuestra Carta Orgánica Municipal, tal vez con el argumento de ser el nombre “mas folklórico”

19 de NOVIEMBRE: ¿FUNDACIÖN O RECONOCIMIENTO DE SALADAS COMO PUEBLO?

La fecha de fundación de Saladas, el día en que nació como núcleo urbano, parece no conformar algunas interpretaciones que exigen para llamar fundación de un pueblo.

Los requisitos conocidos en las fundaciones de pueblos y ciudades son: un acta de fundación, nombre del fundador, iglesia, Santo Patrono, pero como Saladas no nació respondiendo a una medida de gobierno, no llena ninguna de esas exigencias.

Por desconocimiento de esas causas y los hechos que le dieron origen, se produce el error de interpretación histórica largamente reiterado, entre las distintas fechas que suelen citarse figura la del 19 de noviembre de 1732, que corresponde a la fecha en que se hizo cargo del Curato, su primer párroco, el Dr. León de Pesoa y Figueroa, o también

la del 22 de agosto de 1751 que fue la fecha de la restitución del pueblo a su lugar de origen luego del traslado al Anguá, entre otros.

La fundación del departamento no figura en actas capitulares ni en cartas particulares, puesto que no surgió, obedeciendo a una medida oficial, y quienes le dieron origen es posible que no tuvieran siquiera la intención de fundar un pueblo, Saladas nació del contingente de seis familias que huyendo de una latente amenaza indígena en la zona de Santiago Sánchez, se radicaron en las inmediaciones del fuerte.

El fuerte estaba ubicado donde hoy está la plaza Sargento Cabral, pero el mismo aparentemente se extendía hasta la línea de edificación delMuseo Histórico, la casa colonial al fondo del Concejo Deliberante (hoy derribada) y la casa aun existente que fuera de la familia del Señor Panchi Maidana.

La llamada fundación de la ciudad de Saladas, esta establecida en un Decreto del Gobierno Provincial, una Ordenanza del entonces Concejo Municipal y el Artículo 1º de nuestra Carta Orgánica Municipal, que reconoce como fecha fundacional de la ciudad de Saladas, al 19 de Noviembre de 1732

Antes estas circunstancias, los saladeños debemos aceptar, al día 19 de Noviembre, de cada año como la fecha aniversario de fundación como núcleo poblacional a la Ciudad de Saladas, mas allá que la denominación fundación no cumple con los requerimientos conocidos para proceder a fundar un pueblo, ciudad o todo tipo de núcleo poblado a los fines de fijar poblaciones definitivas, los que fueron obviados en la cuestión fundacional de la ciudad de Saladas.

Si se toma como fecha de fundación el inicio del curato, es porque no existen otros elementos que determinen una fecha diferente y/o fundamentada, o para evitar polémicas, dadas la gran cantidad de interpretaciones que existen, por lo tanto es de carácter simbólico, esta metodología de fijar la fecha de fundación de la Ciudad de Saladas.

FORO SALADAS (Marcos Diez)

HISTORIA

Luego del análisis de investigadores e historiadores provinciales y locales sigue aún discutida la fecha exacta de la fundación de Saladas. Lo que no hay dudas es que surge a partir de la creación de una guardia o fortín con el propósito de proteger los intereses de los constantes ataques indígenas, luego de la fundación de San Juan de Vera de las Siete Corrientes en 1588. Los españoles traían sueños de colonización y comienzan a internarse en el territorio. Se adjudica el descubrimiento de la zona que se conocería con el nombre de Las Lagunas Saladas al Capitán Baltazar Maciel en el año 1676 según los primeros registros escritos de estas exploraciones. Su misión era tener conocimiento de los asentamientos de los aborígenes junto al trabajo de evangelización que desarrollarían los jesuitas. Después de esta incursión por la zona se tardó 17 años para que los primeros colonos se instalaran aquí. Como las correrías indígenas eran constantes y se volvió un problema insostenible para los lugareños, el Cabildo de Corrientes ordena el 11 de agosto de 1707 la construcción de una guardia o fortín; es aquí donde tenemos una diferencia de criterios en las fuentes, ya que unos sitúan al fortín en el paraje de Santo Domingo y otros en el predio de la actual plaza Sargento Cabral. En 1712 se realizó el primer censo a cargo del Sgto. Rivarola donde registran como lugareños al capitán Almirón, Ayala, el santafesino Herrera, José Mieres, Martínez de Ibarra, Capitán M. González, Insaurralde, Ontiveros, Centurión, Verón de Astrada, entre otros apellidos. Estos pobladores constituían el fuerte que por entonces contaban con 20 soldados y la colaboración de indígenas Guaraníes. 1732 es un año significativo en la historia local, ya que se planifica el inicio de la matriculación de los primeros habitantes y el levantamiento de los primeros comuneros. Este acontecimiento determinó que la matriculación no se pudiese realizar ya que a instancias de los jesuitas, las autoridades centrales disponían el traslado del vecindario al lugar de Anguá y la destrucción de la Capilla erigida, lo que origina el levantamiento de 300 pobladores acaudillados por el Dr. Antequera y el Padre José Casajus quienes se trasladan a la Capital Correntina, y el 15 de junio de 1732 solicitan la expulsión de los jesuitas y la libertad de los esclavos. El 19 de Noviembre de 1732, el Doctor, Don Leon de Pesoa y Figueroa, toma posesión del Curato de Las Saladas, hasta el año 1740. León de Pesoa y Figueroa empezó su labor parroquial: “Entre a servir el curato de las Saladas y sus anexos de la ciudad de Corrientes (Escribió encabezando el Libro Primero de Entierros) en diez y nueve días de noviembre de mil setecientos treinta y dos años, Yo el Dr. Dn. León de Pesoa y Figueroroa, como rector propio de la erección de dicho curato en la forma y manera siguiente…” Entre los años 1733 y 1735 un grupo de vecinos entregó una nota al teniente gobernador para que el Cabildo trate la fundación oficial del pueblo. En el acta del 5 de octubre de 1735 existente en el legajo 19 del Archivo General de la Provincia, consta la autorización de su fundación por el Cabildo, acto que nunca se concretó, nos preguntamos ¿no se concretó o si se realizó?, seria muy difícil saberlo, ya que si no fuera por archivos u otros organismos todos del orden provincial, en Saladas solo disponemos del archivo parroquial y ningún otro punto de referencia, de donde los historiadores pudieran extraer datos verídicos. Aun así, Saladas seguía recibiendo pobladores, el 7 de octubre de 1739 llega un contingente de familias que sufrió el ataque de los indios en la reducción Nuestra Señora de la Candelaria de Ahoma; en 1740 debido a que el asedio indígena continuaba, el Teniente Gobernador Maestre de Campo y Gregorio de Casajus dictaron resoluciones destinadas a asegurar el asentamiento. Por acto del 25 de septiembre de 1742 se encomendó al Sargento Mayor de las milicias del Pago Don Gaspar López Vello para que juntando a los vecinos que no tuvieran tierras les notifiquen que en el plazo de un mes debía poblarse la circunvalación de la Iglesia Parroquial y del presidio en las partes y lugares que le fueron señaladas, que es el oportuno para que puedan realizar sus sementeras y labranzas, orden que se cumplimentó. El 30 de Septiembre del mismo año, López Bello al notificar de dicho Auto a los vecinos, al encabezar el asiento respectivo expreso: “Este fuerte de San José, jurisdicción de la ciudad de San Juan de Vera de las corrientes…” Mediante este documento se halla la primera referencia a nuestro Santo Patrono de la incipiente población, la que mas tarde tomara el nombres de San José de las Lagunas Saladas y finalmente con la denominación actual: SALADAS. Ese mismo año se desorganiza la Colonia y se traslada al Paraje de Anguá hasta el año 1744, donde se llega a un acuerdo con los indios reubicándose la población en el actual asentamiento, adquiriendo la zona mayor relevancia. Este dato también presenta diferencia de criterios ya que otros analistas hablan de la reubicación poblacional en agosto de 1751 cuando el Cabildo ordenó a las últimas familias que quedaban en Anguá su retiro, asegurando la permanencia del asentamiento. A fines del siglo XVIII la jurisdicción saladeña comprendía los pagos de San Lorenzo, Ambrosio, Isla Alta, Algarrobos, Anguá y Mburucuyá. En el siglo XIX la ley 101 con fecha 11 de junio de 1825 dio al asentamiento el rango de Villa, creando una magistratura judicial de primera instancia con jurisdicción departamental. Al año siguiente se replantea urbanamente y se cede en gracia los terrenos a sus pobladores por ley del 25 de enero de 1830. En 1844 el departamento de Saladas comprendía la zona urbana y los Distritos llamados Anguá y Ambrosio; con el tiempo y debido a la actividad ganadera comprenden a las zonas del Santa Lucía y el Arroyo San Lorenzo, ríos que limitan al norte y al sur del departamento. El 6 de abril de 1854 se le encomienda la planificación urbana al ingeniero Francisco Ravé. El 20 de Abril de 1855, durante el gobierno de Don Juan Gregorio Pujol, hijo de Saladas, se promulga la Ley Orgánica de Municipalidades Nº 877 que constaba de 46 artículos, gracias a la cual la localidad accede a un gobierno municipal. La superposición del concepto de departamento termina con la ley del 4 de junio de 1863 por lo que se autoriza al poder ejecutivo a fijar los terrenos lindantes al núcleo urbano, lo que motivó la adquisición de tierras por el ejecutivo para sumar a los lindantes. El 4 de febrero de 1880 por decreto se realiza la subdivisión existente a saber: Colonia Cabral; Pago de los Deseos, Mansión, Anguá y el Municipio de San Lorenzo. Otro de los temas discutidos es el nombre de la localidad, ya que en un principio a fines del siglo XII, se la conoció como “Pago de las Lagunas Saladas”, algunos autores dan como nombre “El Pueblo de las Lagunas Saladas”, “Lagunas Saladas”, “Muchas Islas y Lagunas Saladas”, Muchas Islas Distrito Saladas” y mas tarde adicionado con el nombre del santo patrono, “San José de las Lagunas Saladas”, “San José de las Saladas”, “San José de las Muchas Islas y Lagunas Saladas”, todos estos nombres se encuentran en documentaciones de la época. Lo realmente insólito, es el nombre de “San José de las Siete Lagunas Saladas”, ya que el mismo no existe en actas capitulares del Cabildo, Archivo General de la Provincia, Documentos de Gobierno, Archivo Parroquial de Saladas, Autos, Oficios, Cartas Oficiales, etc, pero aquí no termina el tema, ya que el nombre fue incluido en el Preámbulo de Nuestra Carta Orgánica Municipal, tal vez con el argumento de ser el nombre “mas folklórico” 19 de NOVIEMBRE: ¿FUNDACIÖN O RECONOCIMIENTO DE SALADAS COMO PUEBLO? La fecha de fundación de Saladas, el día en que nació como núcleo urbano, parece no conformar algunas interpretaciones que exigen para llamar fundación de un pueblo. Los requisitos conocidos en las fundaciones de pueblos y ciudades son: un acta de fundación, nombre del fundador, iglesia, Santo Patrono, pero como Saladas no nació respondiendo a una medida de gobierno, no llena ninguna de esas exigencias. Por desconocimiento de esas causas y los hechos que le dieron origen, se produce el error de interpretación histórica largamente reiterado, entre las distintas fechas que suelen citarse figura la del 19 de noviembre de 1732, que corresponde a la fecha en que se hizo cargo del Curato, su primer párroco, el Dr. León de Pesoa y Figueroa, o también la del 22 de agosto de 1751 que fue la fecha de la restitución del pueblo a su lugar de origen luego del traslado al Anguá, entre otros. La fundación del departamento no figura en actas capitulares ni en cartas particulares, puesto que no surgió, obedeciendo a una medida oficial, y quienes le dieron origen es posible que no tuvieran siquiera la intención de fundar un pueblo, Saladas nació del contingente de seis familias que huyendo de una latente amenaza indígena en la zona de Santiago Sánchez, se radicaron en las inmediaciones del fuerte. El fuerte estaba ubicado donde hoy está la plaza Sargento Cabral, pero el mismo aparentemente se extendía hasta la línea de edificación delMuseo Histórico, la casa colonial al fondo del Concejo Deliberante (hoy derribada) y la casa aun existente que fuera de la familia del Señor Panchi Maidana. La llamada fundación de la ciudad de Saladas, esta establecida en un Decreto del Gobierno Provincial, una Ordenanza del entonces Concejo Municipal y el Artículo 1º de nuestra Carta Orgánica Municipal, que reconoce como fecha fundacional de la ciudad de Saladas, al 19 de Noviembre de 1732 Antes estas circunstancias, los saladeños debemos aceptar, al día 19 de Noviembre, de cada año como la fecha aniversario de fundación como núcleo poblacional a la Ciudad de Saladas, mas allá que la denominación fundación no cumple con los requerimientos conocidos para proceder a fundar un pueblo, ciudad o todo tipo de núcleo poblado a los fines de fijar poblaciones definitivas, los que fueron obviados en la cuestión fundacional de la ciudad de Saladas. Si se toma como fecha de fundación el inicio del curato, es porque no existen otros elementos que determinen una fecha diferente y/o fundamentada, o para evitar polémicas, dadas la gran cantidad de interpretaciones que existen, por lo tanto es de carácter simbólico, esta metodología de fijar la fecha de fundación de la Ciudad de Saladas. FUENTE: www.fmlaruta.com

HERALDICA

Forma: Cuadrilongo borde inferior redondeado cortado filiera de sable timbrado. Trae en el primer cuartel sobre tapiz superior de gules aclarado de oro una elevación de sinople a diestra enfrentada con una similar a la siniestra y en el horizonte casas a la diestra y tres palmeras a la siniestra; sobre tapiz inferior de azur ondeado de plata una forma zigzagueante de su color. Trae en el segundo cuartel sobre tapiz de gules dos estrellas de plata y sobre la punta un lema toponímico de letras capitales ariales de sable en arco. Ornamentos: como timbre un sol naciente de oro aclarado de gules con diecinueve rayos de lo mismo flamígeros y rectos alternados. dos ramas de laurel foliados de sinople por tres dobles cruzados en la punta y brochante una cinta terciada en faja de azur celeste y plata plegada en los extremos sobre sí misma. Brochante de los bordes del blasón a modo de bordura de plata (gris) forro de sable interrumpida en las partes medias formando una cruz virtual. SIMBOLOGÍA En el primer cuartel se ha puesto de forma paisajista las lagunas Soto y Chilca que rodean a la población con su desaguadero , casas y palmeras y los sembradíos de arroz de su zona. El campo inferior de color rojo simboliza el federalismo y las dos estrellas a sus héroes. Los laureles las glorias pasadas en honor de los comuneros. La cinta con los colores patrios su pertenencia a la nación. Las cuatro interrupciones de la bordura simbolizan la cruz que determina su fé religiosa.

EL GAUCHO LEGA

Cuando Nicolás Toledo y Paulina Álvarez engendraron a su hijo, el aire andaba enrarecido por el polvo que alzaban las tropas de Argentina, de Brasil y de Uruguay, que cabalgaban por los alrededores de Saladas, a 100 kilómetros de Mburucuyá, para embestir a las de Paraguay, durante la Guerra de la Triple Alianza. Nueve meses más tarde, corriendo ya el año 1871, el primer encantamiento de Olegario fueron los ojos de su madre. Tal vez por aquella primaria visión del mundo siempre se dio a conocer con el apellido materno, o puede que Nicolás Toledo no fuera más que uno de esos hombres de a caballo que van de paso. Para cuando Olegario nació, el aire no estaba enrarecido por las tropelías de las milicias. Inspiró profundo una oleada de heroísmo de esa tierra de héroes, y no sólo de los héroes que deambulaban por la zona, pues también en Saladas había nacido el sargento Cabral, que en el combate de San Lorenzo salvó de la muerte al general San Martín, otro correntino de ley. Muchos niños, igual que Olegario, fueron forjados por las narraciones de sus mayores, susurradas en torno al fogón de las mateadas nocturnas. Acunado por mitos y leyendas, a la vera de los espíritus errantes y de los entreveros con las tropas de Rosas, nació y creció Olegario Álvarez, quien muy pronto, en su juventud, se convirtió en el Gaucho Lega, o Leguita. Imposible permanecer ajeno a ese caudillismo que convertía al entorno en un corral de riñas. Inquinas y resquemores eran parte del paisaje. La traición, la crueldad, los muertos devenidos en semidioses, mártires o delincuentes, según la corriente o la necesidad política. Muy de cerca le tocó ver un alzamiento en que la represión y el castigo fueron utilizados como escarmiento, la Matanza de Saladas, en octubre de 1891, que culminó poco después cuando, con el fin de conciliar la paz, se decretó una amnistía. Por esos días Lega tenía 18 años, y supo de inmediato de qué manera el grupo político vencido pasaba de la amnistía al degüello. Y del degüello al mito. Al año de la matanza era sargento de policía, y pertenecía al Partido Colorado. Olegario fue parte de esa clase social marginada y pueblerina, de activos militantes políticos que se ganaban continuas persecuciones que terminaban llevándolos al pillaje, para sobrevivir. Tal vez porque se rebeló contra el vasallaje de los señores feudales de la zona, esa actitud desafiante y libertaria hizo que fuera considerado de un valor sin límite. Y, como sucedió con el Gauchito Gil y con Altamirano, todos piragües, es decir colorados, los estandartes, claveles, cintas y elementos de culto con que le rinden homenaje y se adornan los santuarios, son rojos. Por su filiación autonomista. Claro que también existen \"santos celestes\", del Partido Liberal, como Francisco José López en la zona de Esquina. Pero en el caso de Lega, era colorado y fue en uno de esos confusos episodios de comité cuando mató a un hombre. Poco después, en un duelo criollo, dio muerte a otro gaucho, a quien llamaban Poncho Café. Fue apresado en Curuzú Laurel, entre San Miguel y Loreto, enviado a los Tribunales de Corrientes y sentenciado a cadena perpetua. En la cárcel se relacionó con Aparicio Altamirano y con Adolfo Silva. Los tres se volvieron inseparables hasta que, un martes de carnaval de 1904, huyeron aprovechando una fuga masiva de presos. Al poco tiempo se les atribuía, entre otros delitos, el de asaltar una estancia, asesinar al propietario, su esposa e hijos, y colgar sus cabezas del alambrado. Y así continuaron sus días, en estado de rebeldía. Fueron épocas de corridas y dicen que de transmutaciones, a la sombra y al reparo de los quebrachales y de los pastos que bordean los esteros. Muy de a poco sus andanzas se volvieron parte de la mitología guaraní. Puede que no hayan sido pocas las veces en que se lo vio, convertido en un yaguareté que va olisqueando los alrededores en busca de la presa y con sed de venganza, mientras atraviesa el bosque húmedo y las palmeras de Yatay, en las cercanías de Saladas, Concepción, San Roque y Mburucyá, propiciando igual que siempre lo que está a su alcance para ayudar a la gente. En cuanto al amor, Lega tampoco se quedó corto con la leyenda y el romanticismo. Un atardecer, amparado por las sombras y el canto de los primeros pájaros nocturnos, dejó su caballo detrás de la casa de un tal Lafuente, oficial primero de policía, y como un yaguareté que ha tomado las mañas de su perseguidor, un cazador de aguada, esperó que el oficial vaciara la botella de ginebra y, sólo cuando notó que la autoridad se había dormido, Olegario sigilosamente fue al rescate de su novia, Ángela Alegre. La muchacha permanecía recluida desde que Lega escapó de la cárcel. La sola sonrisa y el beso de Ángela justificaron la imprudencia de acercarse de nuevo a Saladas, donde era buscado y fácilmente reconocible. Dicen que Ángela se quedó junto a él hasta el mismito momento, el 2 mayo de 1906, en que una partida policial terminó con la vida de Olegario Álvarez, y también con la de Adolfo Silva, en el paraje denominado Juru\'i, en Rincón de Luna. Aparicio Altamirano pudo escapar y fue muerto en 1932. Muy de a poco sus andanzas se volvieron parte de la mitología guaraní. Leguita, con apenas 35 años fue acribillado a balazos por la Policía, que dio cuenta de su muerte con gran alarde. Como contrapartida, de inmediato Lega renació como mártir legendario y gaucho milagroso. La imaginación pueblerina fue dando fe de sus milagros. Los motivos para su devoción empiezan justamente ese día, porque cuando la Policía bajó el cadáver, atado al caballo, el cuerpo emitió unos quejidos, tal vez por el aire aún en los pulmones y expulsado, o tal vez porque así estaba escrito. Se dijo que aún estaba vivo. En el patio de la comisaría, sólo después del largo traslado de su cuerpo a lomo de caballo, le quitaron el Kurundu, un amuleto con forma de campana confeccionado por el abá payé (hechicero). Según cuenta la leyenda guaraní, gracias al payé y pese a haber sufrido heridas de gravedad en muchas ocasiones, Lega no moriría hasta que se lo quitaran. Él mismo, dicen, pidió a sus captores que se lo sacaran para poder morir en paz. Lo que no les dijo era en qué momento lanzaría su último aliento.

FOTOS

ESCUDO DE LA LOCALIDAD DE SALADAS MONUMENTO AL SARGENTO JUAN BAUTISTA CABRAL EN EL ACCESO A LA LOCALIDAD PLAZA PRINCIPAL "SARGENTO JUAN BAUTISTA CABRAL" ESCUELA FLORENCIO MANTILLA CAPILLA SAN ANTONIO PLAZA PRINCIPAL E IGLESIA SAN JOSE IGLESIA SAN JOSE IMAGEN DE SAN JOSE - PATRONO DE LA LOCALIDAD HOSPITAL DE SALADAS IMAGEN DE SAN BALTAZAR FIESTA DE SAN BALTAZAR - PISTA POLO BORDA TUMBA SANTUARIO GAUCHO LEGA CLUB ANTORCHA CASAS COLONIALES CASA NATAL DEL SARGENTO CABRAL HOY MUSEO HISTORICOC MURAL EN EL MUSEO HISTORICO

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